La pasión de Bastián Baltasar Bux eran los libros. Quien no haya pasado nunca tardes enteras delante de un libro, con las orejas ardiéndole y el pelo caído por la cara, leyendo y leyendo, olvidado del mundo y sin darse cuenta de que tenía hambre o se estaba quedando helado... Quien nunca haya leído en secreto a la luz de una linterna, bajo la manta, porque Papá o Mamá o alguna otra persona solícita le ha apagado la luz con el argumento bien intencionado de que tiene que dormir, porque mañana hay que levantarse tempranito...
Quien nunca haya llorado abierta o disimuladamente lágrimas amargas porque una historia maravillosa acaba y había que decir adiós a personajes con los que había corrido tantas aventuras, a los que quería y admiraba, por los que había temido y rezado, y sin cuya compañía la vida la parecería vacía y sin sentido...
Quien no conozca todo eso por propia experiencia, no podrá comprender probablemente lo que Bastián hizo entonces.
ENDE, M. (1982), La historia interminable, Madrid: Alfaguara, pàg. 12-13.
Isabel Solé, al seu llibre Estrategias de lectura, m'ha recordat què és llegir i que puc arribar a ensenyar a les persones que s'acosten cada divendres al Club de Lectura Fàcil de Rubí amb aquesta cita de Michael Ende. La historia interminable la vaig llegir amb 9 o 10 anys, i precisament avui li comentava al meu fill, quina casualitat!, que aquest va ser un dels meus primers grans llibres. Aquesta passió per la lectura pot arribar a ser molt encomanadissa i, justament, m'agradaria molt poder compartir aquest goig que sento amb tots vosaltres, lectors. Fins divendres, doncs!!! Ens veiem a la biblioteca!!
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